Organismos internacionales de crédito.
Resumen
El comercio internacional que se había visto convulsionado a raíz de la primera guerra mundial, vio agudizados sus problemas con motivo de la crisis económica mundial que se originara en el año 1929 con motivo de la quiebra de la bolsa de Nueva York (caída de Wall Street), que trajo como consecuencia directa el abandono del patrón oro por parte de los principales países, la declaración de inconvertibilidad de sus monedas, la apelación a prácticas proteccionistas en materia de comercio exterior, y la utilización en forma exclusiva del bilateralismo en materia de relaciones económicas internacionales.
Los países establecían negociaciones en sentido doble, es decir se compraban y vendían mutuamente (bienes o servicios) y luego compensaban sus pagos. Un ejemplo ilustrativo de esta mecánica, la tenemos los argentinos con el tristemente célebre pacto Roca-Runciman celebrado entre nuestro país y el Reino Unido de Gran Bretaña en el año 1933, por el cual se establecía a favor de Inglaterra la cláusula de Nación más favorecida y atábamos a ese país nuestro comercio de carnes.
Indudablemente el bilateralismo en materia de comercio exterior significaba una traba a su desarrollo, máxime porque los países involucrados eran reacios a pagar en divisas sus deudas, y a permitir que las mismas se aplicaran a la compra de bienes o servicios en terceros países.
La devastación de Europa con motivo de la segunda guerra mundial, la necesidad de su consiguiente reconstrucción, de impulsar el crecimiento del comercio internacional, de fomentar el desarrollo de los países menos favorecidos, de implantar un sistema monetario internacional en reemplazo del patrón oro, fueron preocupación de los países desarrollados aún antes de que concluyera dicha guerra.