La Terapia Cognitivo Conductual (TCC), conocida como la “segunda ola” dentro del campo, ha mostrado una sólida efectividad a través de la aplicación de protocolos específicos para distintos trastornos, en consonancia con las clasificaciones diagnósticas del DSM y la CIE. Sin embargo, la proliferación de tratamientos estandarizados, la elevada comorbilidad clínica, los cambios diagnósticos frecuentes y la persistencia de síntomas residuales o recaídas luego del tratamiento generaron un debate relevante dentro de la Psicología Basada en la Evidencia.
Estos desafíos llevaron a la comunidad científica y profesional a cuestionar la idea de que los problemas de salud mental puedan abordarse únicamente a través de categorías diagnósticas fijas y protocolos uniformes. En respuesta, comenzó a adquirir mayor relevancia el estudio de procesos de cambio más amplios y transversales.
En este contexto, las Terapias Basadas en la Evidencia atraviesan una transición hacia un paradigma transdiagnóstico, centrado en la identificación de procesos cognitivos, emocionales y conductuales compartidos por múltiples trastornos y que contribuyen tanto a su origen como a su mantenimiento. Este cambio representa un pasaje desde enfoques nomotéticos —basados en signos y síntomas— hacia perspectivas más ideográficas, que consideran la singularidad y el contexto de cada persona.
La Terapia Basada en Procesos (TBP) se consolida como un metamodelo terapéutico innovador que busca identificar y modificar los procesos psicológicos que sostienen el malestar, más allá de los diagnósticos tradicionales. Este enfoque supera las intervenciones centradas en protocolos para trastornos específicos, integrando recursos de la “segunda ola” de la TCC y de las terapias de la “tercera ola” —como ACT, FAP, DBT y RO-DBT— para desarrollar intervenciones flexibles y personalizadas.
Su objetivo es abordar los mecanismos particulares que afectan a cada persona, favoreciendo cambios más profundos, duraderos y contextualizados.
La TBP constituye, así, una propuesta contemporánea que invita a adoptar modelos de tratamiento más adaptativos y sensibles a la complejidad transdiagnóstica que caracteriza a la práctica clínica actual.
Se requiere un mínimo de 80% de asistencia y la aprobación de un cuestionario teórico final para obtener el certificado.
Dra. Guadalupe Rosales
Licenciados/as en Psicología y estudiantes del último año.
Complete el siguiente formulario para iniciar el proceso de inscripción https://forms.gle/eDWLCL6EXLmXXqzk6
La Terapia Cognitivo Conductual (TCC), conocida como la “segunda ola” dentro del campo, ha mostrado una sólida efectividad a través de la aplicación de protocolos específicos para distintos trastornos, en consonancia con las clasificaciones diagnósticas del DSM y la CIE. Sin embargo, la proliferación de tratamientos estandarizados, la elevada comorbilidad clínica, los cambios diagnósticos frecuentes y la persistencia de síntomas residuales o recaídas luego del tratamiento generaron un debate relevante dentro de la Psicología Basada en la Evidencia.
Estos desafíos llevaron a la comunidad científica y profesional a cuestionar la idea de que los problemas de salud mental puedan abordarse únicamente a través de categorías diagnósticas fijas y protocolos uniformes. En respuesta, comenzó a adquirir mayor relevancia el estudio de procesos de cambio más amplios y transversales.
En este contexto, las Terapias Basadas en la Evidencia atraviesan una transición hacia un paradigma transdiagnóstico, centrado en la identificación de procesos cognitivos, emocionales y conductuales compartidos por múltiples trastornos y que contribuyen tanto a su origen como a su mantenimiento. Este cambio representa un pasaje desde enfoques nomotéticos —basados en signos y síntomas— hacia perspectivas más ideográficas, que consideran la singularidad y el contexto de cada persona.
La Terapia Basada en Procesos (TBP) se consolida como un metamodelo terapéutico innovador que busca identificar y modificar los procesos psicológicos que sostienen el malestar, más allá de los diagnósticos tradicionales. Este enfoque supera las intervenciones centradas en protocolos para trastornos específicos, integrando recursos de la “segunda ola” de la TCC y de las terapias de la “tercera ola” —como ACT, FAP, DBT y RO-DBT— para desarrollar intervenciones flexibles y personalizadas.
Su objetivo es abordar los mecanismos particulares que afectan a cada persona, favoreciendo cambios más profundos, duraderos y contextualizados.
La TBP constituye, así, una propuesta contemporánea que invita a adoptar modelos de tratamiento más adaptativos y sensibles a la complejidad transdiagnóstica que caracteriza a la práctica clínica actual.
Se requiere un mínimo de 80% de asistencia y la aprobación de un cuestionario teórico final para obtener el certificado.
Dra. Guadalupe Rosales
Licenciados/as en Psicología y estudiantes del último año.
Complete el siguiente formulario para iniciar el proceso de inscripción https://forms.gle/eDWLCL6EXLmXXqzk6