La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Mendoza fue creada, según consta en el acta Nº 34 del Consejo de Enseñanza Superior, el 14 de agosto de 1.961, constituyéndose como la tercera unidad académica que se gestó en el ámbito de esta universidad, posterior a la Facultad de Ciencias Jurídicas y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.

La Facultad de Ingeniería comenzó a funcionar en el año 1.962 en el edificio del colegio ICEI, en calle Gral. Paz de la ciudad de Mendoza. Actualmente cuenta con un edificio propio en la manzana universitaria, en la Diagonal Emilio Descotte 750 de ciudad. 

Si bien inició su actividad con la carrera de Ingeniería en Electrónica y Electricidad, hoy posee especialidades de ingeniería del más alto nivel académico, con profesionales egresados que se desempeñan en el ámbito regional, nacional e internacional: Ingeniería Electrónica, Ingeniería en Informática, Ingeniería en Computación, Ingeniería Industrial, y Bioingeniería.

Actualmente esta facultad posee carreras de posgrado acreditadas por CONEAU como el Doctorado en Ingeniería y la Maestría en Teleinformática, como también proyectos aprobados por la misma CONEAU como la Especialización en Gestión de la Tecnología y la Especialización en Enseñanza de las Ciencias y la Tecnología. 

Con el espíritu innovador que la caracteriza, incorporó a su oferta académica la formación docente a través del ciclo de Profesorado para Profesionales con Título de Grado, así como también, respondiendo a las necesidades del medio, Ingeniería Eléctrica y la Tecnicatura en Programación de Videojuegos y posee otros proyectos en cartera aprobados por el Ministerio de Educación de la Nación con el mismo nivel de excelencia.

En su política se destacan los lineamientos que aseguran la calidad académica, el perfeccionamiento del personal docente y no docente, el desarrollo científico y tecnológico, la extensión y difusión del conocimiento, la cooperación interinstitucional; la vinculación con el sector productivo. 

Registra en su haber más de 2000 egresados de las diferentes carreras, convenios con distintas organizaciones de la región, el país y el mundo; alumnos que han accedido a becas internacionales para continuar sus estudios de cuarto nivel en el extranjero; institutos que promueven permanentemente la investigación, el dictado de cursos, talleres, seminarios, que apuntan a la formación continua de los alumnos, de los egresados, de los docentes de la institución y del público en general. 

Se puede decir que el balance de estos más de cincuenta años es por demás positivo.