Como en un archivo de lo diario, la muestra reúne más de 600 piezas, entre objetos, obras de arte y documentos, que constituyen la vida cotidiana argentina. Apuesta por una mirada etnográfica que, más allá de la autoría o los procesos, invita a abordar la cultura material desde los usos, las costumbres, los rituales y los simbolismos que las cosas generan en una sociedad.
“El entramado de objetos, espacios de vida y obra, teje una red de sentido ampliada: nos conecta emocionalmente con lo propio a partir de una porción de ese archivo de la vida común en el que el diseño, el arte, la industria y la historia se hibridan. Nos convocan a viajar a un pasado cercano, para conjurar nuevamente los sucesos y anhelos de futuro que allí se inscribieron”, destaca el equipo curatorial, un grupo multidisciplinario integrado por historiadores, diseñadores gráficos e industriales, arquitectos y editores a cargo del concepto y de la puesta de la exposición.
Una serie de constelaciones temáticas articula el recorrido donde las cosas se agrupan sin cronología, jerarquías, ni distinción de disciplinas, transgrediendo así los límites del uso y difuminando la frontera entre arte y diseño. La exhibición abarca tres grandes zonas: la identidad del territorio, el diseño por fuera de los cánones y las vicisitudes políticas, sociales y económicas de nuestro país.
Del cielo a casa no propone una historiografía del diseño argentino, sino un ensayo sobre la vida en común condensada en las cosas: de las grandes visiones utópicas a la vida cotidiana, de un helicóptero a una zapatilla, del Stent a la pelota Pulpo. “Cosas para la vida”, según la definición del vanguardista proyectual Gerardo Clusellas (1929-1973).
Las piezas provienen de diferentes archivos y colecciones públicas y privadas del país. Se destaca la colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, institución pionera que en 1963 dio al diseño vida pública al exhibirlo como producción cultural y como herramienta de desarrollo. Se suma además la Fundación IDA (Investigación en Diseño Argentino), fundación sin fines de lucro creada en 2013 y dedicada a la investigación, recuperación, conservación, difusión y puesta en valor del diseño nacional.
Completa esta selección un conjunto de materiales audiovisuales: cortos institucionales, publicidades y filmes de época, pertenecientes a los archivos de la Filmoteca Buenos Aires, elegidos por Fernando Martín Peña (director de Malba Cine), y del archivo del Museo del Cine “Pablo Ducrós Hicken”, seleccionados por los especialistas Raúl Manrupe y Andrés Levinson.
La apertura de Del cielo a casa se concreta a sesenta años de la primera muestra de diseño en la Argentina (CIDI, 1963), y coincide con el cuarenta aniversario del regreso de la democracia en el país, un punto de inflexión en nuestra vida social e institucional.
Cosas para la vida
La exposición está organizada en constelaciones de pensamiento e intuición, sintetizadas en trece palabras que dan cuenta del devenir de la cultura material y de la historia argentina: “Argentum”, “Centro”, “Campo”, “Rutas”, “Antártida”, “Avanzada”, “Recreo”, “Siam/Di Tella”, “Cuerpo”, “Hogar”, “Cicatrices”, “Economía” y “Veraneo”.
De este modo, una recreación de la vidriera de Harrods (1956) realizada por el artista Juan Batlle Planas, se ubica junto a las tapas de discos del rock nacional de Juan Gatti (Sui Generis, Pescado Rabioso y Pappo, entre otros); al microcoche Dinarg D200 (1960-61) y a un pocillo de café del Florida Garden. Más adelante, se presenta una reconstrucción de la fachada de la peluquería Eros (emplazada en el barrio de Recoleta en los sesenta) revestida con una imagen de la actriz estadounidense Natalie Wood realizada con Fototrama. Este sistema de conformación de imágenes creado por Fanny Fingermann y Eduardo Joselevich a partir de fichas plásticas montadas sobre retículas metálicas se convirtió en un hito de la comunicación en la vía pública en la época. Hacia el final del recorrido, el mítico Cicaré (1964) –primer helicóptero diseñado y producido en el Cono Sur–, dialoga espacialmente con una bandera del artista Sergio Avello, un conjunto de cacerolas de producción local de Essen y Lafont, y con prendas de los diseñadores Gino Bogani, Vicki Otero y Trosman Churba.
La muestra incluye también tres instalaciones de artistas contemporáneos argentinos. Sofía Durrieu (Buenos Aires, 1980) presenta una escultura performativa de su serie Arco reflejo en diálogo con el innovador instrumental quirúrgico creado por el doctor Pedro D. Curutchet en los años cuarenta, uno de los hitos históricos recuperados por esta muestra. Valentín Demarco (Olavarria, 1986) trabaja con una selección de mates, representados como el producto emblemático de la argentinidad y, desde la perspectiva de su obra, como objeto de goce sensorial y sexual. Daniel Joglar (Mar del Plata, 1966) continúa su experimentación con el movimiento y el reposo en un ensamblaje escultórico construido a partir de las pelotas Pulpo, que se ubica en el ingreso de la sala.
Junto con la exposición, Malba editará un catálogo, que incluye las 600 piezas que conforman la exposición y ensayos a cargo del escritor Martín Kohan y las curadoras Carolina Muzi y Verónica Rossi.
En palabras de Martín Kohan: “¿Cómo podría una cosa ser solamente una cosa? ¿Cómo podría no ser, antes incluso que ella misma, el material con que está hecha? ¿Cómo podría no ser, antes incluso que ella misma o que aquello para lo que sirve, la forma que tiene, la imagen que cobra, la imagen que da?”.