Los espacios de nuestro campus urbano en la Universidad de Mendoza contienen y sostienen a nuestros docentes investigadores que a la tradición suman actualmente, la neurociencia, las eyecciones coronales de la masa solar, la simulación de nanomateriales, la bioingeniería, la biomédica, la sustentabilidad, entre otros campos.
Ciencia en latín significa conocimiento y el conocimiento está imbricado en las funciones sustantivas de la educación superior. La universidad imparte, transfiere y construye conocimiento, aun con diferencia entre modelos de universidades profesionalitas o generalistas, definidas a partir de senderos que se bifurcan, estos han sido trazados todos, sobre la base del conocimiento. Para las casas de estudio de gestión privada el hacer ciencia, es decir la construcción de conocimiento, se presenta como un gran desafío. Hacer ciencia con recursos económicos limitados, propios y más acatadamente de fuentes externas, resulta un desapacible panorama compartido; si bien este es un tema insoslayable, a estas líneas solo las anima una reflexión sobre ese hacer basado en la tradición, el esfuerzo y casi el empecinamiento, es decir, hacer una cultura de la investigación.
Nota original publicada por el portal de diario Los Andes clic AQUI