Una gran pérdida para la comunidad universitaria

12 noviembre, 2020
Una gran pérdida para la comunidad universitaria

“¡Hasta la próxima mesa!
A Carlos Puliafito: gran profesor, gran profesional y sobre todas las cosas gran persona.”

La triste noticia del fallecimiento del Dr. Ing. Carlos Mario Puliafito, profesor de la Facultad de Ingeniería, es un motivo de profundo dolor y pesar para toda la comunidad Universitaria y para todas las personas que lo han conocido.

Carlos egresó de la Facultad de Ingeniería en 1.983 como Ingeniero en Electrónica y Electricidad y en el año 2000, como Doctor en Ingeniería, además, en 1988 obtuvo el título de Magister por la Universidad de Hannover.

En el transcurso de su carrera docente se desempeñó como profesor e investigador de esta unidad académica en el área de las tecnologías aplicadas en electrónica, integrante del Comité académico del Doctorado en Ingeniería, Director del Instituto de alta frecuencia y microondas. Fue también miembro del Honorable Consejo Académico de esta Facultad y se destacó como miembro del Instituto para el Estudio del Medio Ambiente.

Sus alumnos y colegas han valorado siempre su capacidad académica y su compromiso con la profesión, con la Facultad de Ingeniería y con la Universidad de Mendoza. Su recuerdo perdurará en la memoria de quienes lo conocimos y compartimos esa etapa de su vida.

Rendimos homenaje a su hombría de bien a través de las sentidas palabras de Jeremías Aliquó a las cuales adherimos con profunda emoción.

¡Hasta la próxima mesa!

10 de noviembre de 2020

A Carlos Puliafito, gran profesor, gran profesional y sobre todas las cosas gran persona.

Sé que estos últimos días fueron complicados, pero ¿qué es la vida sino una carrera de obstáculos que hay que ir saltando momento a momento para llegar a la meta? Me invade un profundo dolor, nostalgia y tristeza. Pero me quedo con el enorme recuerdo de haber compartido con vos tantos años de docencia. Compromiso, responsabilidad y mejora continua, fueron los principios en donde se basó este camino de enseñanza universitaria.

No tengo otras palabras más que de agradecimientos hacia vos. Como lo hemos hecho durante estos últimos 18 años juntos, —¡hay que tomar examen!—. Hoy la vida te tomó examen a vos. Igual vos ya sabías que estabas aprobado, como vos decías, —estás entre el 9 y el 10, esforzate—.

Gracias por confiar en mí esa tarde de noviembre del 2003, cuando en un banco del patio de la Universidad de Mendoza me propusiste trabajar a tu lado en las cátedras de Electrónica de Alta Frecuencia y en Tecnología de Microondas. Yo era un recién egresado con muchas ganas de encarar cosas. Ya eras responsable desde 1999 cuando en tercer año de la Universidad Tecnológica Nacional despertaste en mí el interés por las <<ondas>> en la cátedra Medios de Enlace. Te hago responsable de eso y te agradezco enormemente también por eso mismo.

Fuiste ejemplo de profesional y persona, nunca enseñando con corrección de palabras ni modales, sino enseñando justamente con eso, con el ejemplo. Y en lo académico siempre te esmeraste para que los alumnos entiendan algo complejo usando recursos muy sencillos y prácticos, como sólo lo hacen los que realmente saben.

Gracias por exigirme en el Instituto de Microondas para hacer cosas maravillosas con el tutoreo de los alumnos en sus trabajos de fin de carrera, y personalmente para escribir algún que otro artículo técnico creando conocimiento donde no lo había, que es en esencia, el sentido de la investigación.

Hasta algún día planeamos entre risas, pero con trasfondo serio, escribir un libro juntos sobre la bendita matriz S, que tanto hablamos de ella en las cátedras y que tantas horas de estudio nos llevó entender su aplicación y practicidad. Cuanto voy a extrañar no poder hacerlo, tal vez algún día….

Gracias por la libertad que dabas a quienes trabajaban con vos para hacer sus aportes y dejar que cada uno haga su camino, dejando que cada uno brille con su luz propia, sin opacar a nadie.

27 de octubre – final de carrera.

Me contuviste cuando varias veces quise bajar los brazos y muchas veces fuiste vos quien me los sujetaba en alto para que no los baje, porque me decías que valía la pena el esfuerzo y así fue, acá estoy, en gran parte por vos, aun formándome como profesor cuando me comparo con vos.

Voy a extrañar tomar mesas de examen juntos, realmente lo voy a extrañar.

Seguro que vos seguirás enseñando y tomando examen por donde estés, pasará un tiempo Amigo, antes de que volvamos a tomar mesas juntos. Mientras tanto, toca separarnos un tiempo, te voy a extrañar.

Soy tu pequeño proyecto de formación académica y profesional intentaré desmesuradamente no defraudarte.

Te quiero mucho y nunca te voy a olvidar.

¡Hasta la próxima mesa!

Jeremías